Leyendo las estrellas~. [Libre]

Le miro desde debajo con curiosidad.
- ¿Ocurre algo malo...? - pregunté intrigada, pues había tenido una reacción extraña y además no decía ni palabra.

Me paré de golpe y sorprendida.
- ¿AREEEE~? ¿Qué es eso? ¿Un tatuaje? ¿Una cicatriz? x_x - pregunté con sorpresa, señalando su espalda.

"Ayy~. ¡Diablos!", me reproché en mis adentros por haber sido tan estúpida.
Ya no tenía caso cubrirme, así que me lancé hacia él y lo sujeté. Mira que desmayarse en el medio del lago... ¡podría ahogarse!
Gracias a que el peso dentro del agua es menor, pude alzarle en brazos y llevarle a cuestas hasta la orilla.
- ¡Buff! ¿Por qué tengo que ser tan idiota...? - balbuceé aún quejándome -. Lo siento, Ryuubakugan-san... -///-... - murmuré y tomé algo de agua con una mano para limpiarle la nariz. Estaba completamente apenada por mi falta de consiencia y ruborizada hasta las orejas por la situación.

Río levemente.
- No, claro que no. Descuida. No tienes por qué disculparte... - comento.
Me acerco a él, aprovechando que había volteado y observo su espalda.
- ¿Qué es lo que tienes aquí atrás? - le pregunté nuevamente. Con la poca luz que había, no podía distinguir de qué se trataba aún...

Me acerqué un poco más, esforzando mi vista para distinguir la marca. Posé un dedo sobre la espalda de Ryuubakugan y tracé con él, más o menos, el recorrido de ésta.
- ¿Estás seguro de que no tienes nada? - pregunté algo inquieta -. Qué extraño...

Pongo una mano en su hombro.
- Tal vez tenga algo que ver con Akiba-san..., ¿no crees? - sugerí antes de ponerme de pie y mirar hacia los lados, buscando con la vista el lugar donde había dejado mi ropa. Una vez lo encontré, corrí hasta allí. Primero que nada, me estrujé todo el agua del cabello y luego me puse la polera; seguidamente, me quité las bragas -que estaban empapadas, y en su lugar me puse los pantalones cortos. Estrujé también las braguitas y las doblé para guardarlas en un bolsillo del pantalón.
Una vez hecho, volví a acercarme hasta Ryuubakugan.

Me siento frente a él, mirándole con la cabeza ladeada.
- ¿Y tú... qué?... ¿Realmente no te ocurre nada? Has estado actuando muy raro hoy... ¿Tienes dolor de cabeza o fiebre? - pregunté, apoyando el dorso de la mano sobre su frente para comprobarlo...

Parpadeé repetidamente, confusa.
- ¿Qué pasa~? ¿Te ha molestado que te tome la temperatura? - pregunté sin saber cómo interpretar la reacción del muchacho, algo sonrojada.

Lo miré con la misma extrañeza cuando se quitaba. Me quedé allí recostada, mirando hacia el cielo.
- No tienes porqué disculparte... - repetí por segunda vez aquella noche, y rodé sobre mí misma, para quedar boca abajo. Crucé mis brazos delante mío y recosté la cabeza en ellos. Parecía que además de actuar raro, Ryuubakugan no daría ni una sóla respuesta coherente por el momento. xD

Resoplando e inflando los mofletes, me puse de pie. Me arrodillé frente a él y le jalé de las orejas.
- ¡Oye, tú~! ¿Por qué estás tan callado? ><

Adivinando su truco, tomé su cara entre mis dos manos e hice que me mirara.
- Oii~. No sé por qué estás tan esquivo, pero si tienes algún problema conmigo, te ruego que me lo digas... - dije levemente alterada -. ¿Sabes? Me sienta muy mal cuando alguien está molesto o algo conmigo y no me dicen nada... No sé qué es lo que hago o digo bien y qué mal, y eso me pone de los nervios porque tampoco sé cómo controlarlo - añadí.

Le solté, arrepentida y mirándole con una expresión de compasión.
- R-Ryuubakugan-san... - susurré.
Acercándome a él, le abracé con una mano en su espalda, y con la otra apoyando su cabeza sobre mi hombro.
- S-Sumimasen... No era mi intención hacerte hablar de algo tan triste... - murmuré.

Me separo un poco y le froto los cabellos.
- Heehee~. Eres un buen chico - le apremié sonriendo.