Tratando de conseguir el regalo de mi Otto-san

Refunfuneo, mientras que camino por el patio.
Dios, porque tuve que sacarlas¿? que tonta que soy... Huh... Otto-san me matara, y ensima me dara una reprimenda por comprarme otras, siendo que tengo muchas.
Decia, algo apenada.

Ara, ara... Pero si veo que alguien se desvió de su camino hacia el aula de clases.

Digo en un tono despreocupado, saliendo de uno de los almacenes del patio.

Pense *Oh no,es ese maniatico de nuevo, por dios... cuando dejare de cruzarmelo, sera que el destino quiere que este con el¿? Ni loca!*
Mire hacia otro lado y me trate de ir. Pero por lo sonrojada que estaba trate de ver que queria.

Sonreí de medio lado al ver su expresión. Era una persona fácil de manipular...

Maa, parece que no tienes ganas de verme. Y yo tampoco. Así que... By my leave.

Le burlé, haciendo una reverencia exageradamente caballerosa.

Al ver como me hizo, me enoje y lo tome del cuello.
No me hables asi, entiendes¿? y devuelveme mis armas...
Dije ya sin poder aguantar su arrogancia.

Sonreí sin inmutarme.

Tengo derecho a hablarte como deseo, jovencita... Te advierto que aquí tú eres la alumna y yo el profesor.

Dije tomando su brazo y apartándolo de mi cuello.

Oh, y por cierto... No puedo entregarte tus armas. Están guardadas en un lugar especial.

Le informé sonriendo falsamente y mostrándole unas llaves, las cuales guardé rápidamente en mi bolsillo.

Lo solte enseguira, mientras me sobaba el brazo.
Porqué¿? porqué esta todo el tiempo molestandome¿?
Le dije con cara de enojo.
Además, si quiero puedo quitarselas.
Dije, acercandome a el, aun enojada.

Pfft. ¿Molestarte? Yo sólo hago mi trabajo. No te creas especial... Además, eres tú la que siempre está buscando peleas conmigo y murmurando "Oh, ese viejo molesto que se ha llevado mis armas" por donde vaya.

Respondí y, en el momento indicado, imitando su voz irritada e infantil.

No es eso... todo el tiempo estas en mi cabeza molestandome, no puedo estar un segundo tranquila, porque ya te apareces en mi mente y me haces enfadar y me haces poner fe...
Sin decir lo ultimo, me sonroje.
En resumen, solo se bueno conmigo y dame las llaves por favor.
Dije en tono un poco nervioso.

Sonreí con malicia.

Jamás.

Dije volteando y continuando en mi camino hacia la sala de profesores.

Lo detuve y puse mi mano en su bolsillo tratando de quitarselas.
Te dije que me las des...

Ella era sólo una humana. Mis movimientos eran mucho más rápidos. En un abrir y cerrar de ojos, había cambiado la posición de las llaves.

¿Quieres las llaves? Entonces búscalas.

Le dije en tono malicioso, manteniendo en secreto su nueva ubicación. Reemprendí el camino a la sala de profesores.

Trate de sacarselas, pero no pude, lo segui a la sala de profesores, sabiendo que ya no habia nadie.
Ya, sensei, por favor...

Entré a la sala y tomé mis cosas. Miro hacia la puerta y veo a la muchacha parada allí.

Tú... está prohibido entrar a la sala, ¿comprendes?

Le regañé guardando todo y ya disponiéndome a salir.

Ya sin poser hacer nada, me puse a llorar. Sentada, afuera, en un rincon de esa sala.
Ahh... porque¿? No es justo, primero me odia Momo-chan y ahora el sensei que es asi conmigo... porque¿?
Mientras golpeaba la pared, molesta.
Ademas, desde que lo vi, ya no lo puedo sacar de mi cabeza, es como que esta todo el tiempo en mi mente... sueño con el, pienso en el... y hasta me imagino casas con el... dios... Y ensima enfadarme asi para ocultarlo...
Mientras me escondia entre mis rodillas, llorando.

Salí de la sala, cerrando la puerta con llave.

Las chicas violentas son horribles. Y nada divertidas.

Dije mientras salía y empezaba a alejarme caminando, dándole vueltas en el dedo a una llave.

Al escuchar lo que dijo, sali antes que él y me fui corriendo.
Sensei Baka!
Le grite mientras me dirigia a mi casa ara cuidar a Kud.

Me adelanto bastante y la tomo de la frente, deteniendo su carrera y aún girando las llaves en un dedo.

No seas tan impulsiva... Sólo te traerá problemas.

Dije suspirando con pesadez.

Y escucha a tu sensei hasta el final, no seas maleducada.

Lo mire y ya al no poder hacer nada hice lo que dijo.
Esta bien, pero me dara las llaves¿?
Pregunte.

Suspiré y me guardé las llaves en el bolsillo izquierdo.

Bueno, ¿quién sabe?

Dije rudamente y continuando mi camino.

Esta bien haga lo que quiera, hablare con el director y le dire que me las de...
Dije exausta de pedirselas.

Alcé el pulgar en señal de "OK".

Sería un terrible problema si justo me tuviera que ir de la ciudad, ¿no crees? Ni siquiera la directora puede disponer de mi vida.

Respondí en tono provocativo.

Ya deje de hacerse el bonito sensei...
Le dije en tono de burla.
Ademas, su apariencia no me engaña, es un honorable vampiro, jajaja.
Sin decir mas ni una palabra y con una sonrisa.

Volteé y me acerqué a ella, dejando nuestros rostros a tan sólo unos centímetros de distancia.

Prefiero que me llamen "chupasangre"... ¿Sabes por qué?

Dije tomando su barbilla y alzándola para que me viera a los ojos.

Mirandolo con superioridad.
Y digame por qué, señor chupasangre... será porque solo te gusta chupar sangre¿?
Lo dije en un tono burlon.