-.LLegada.-

Llegué caminando a la cuidad perseguida por unos perros que no me molestaban. Lelevaba puesto mi uniforme del anterior colegio, con mis murcielagitos que no podian faltar, me encantaban. Saco de mi bolso una foto de un chico.
- Mmmh... ¿Donde estará la vivienda de este tipo? - Digo guyardando nuevamente la foto y empezando a caminar por allí.
- ¿Cómo era que se llamaba? Jado, Jadi. Fafi? No no - Digo moviendo mi cabeza de un lado a otro. Saco0 nuevamente la foto y miro atras de ella, pensaba que estaba el nombre pero no.
- Waaah >w< !! Cómo se llamabaa??!! - Grito enojada

Susurré con mi aliento gélido al oído de la chica. La venía persiguiendo pero pareciera que no había notado mi presencia. Tal como había imaginado, llevaba consigo una fotografía de mí.

El nombre de ese hombre es Fide. Fide Oconsal.

Retiré la cabeza esperando que ella se asusté. Debía prevenir que me golpeara.

Me asusto, levantando mi pierna y pegandole donde a un hombre le duele demasiado.
- Ah... Lo siento... Asi que se llama Fide? - Digo mirando la fotografía.

¿Fide? No conozco a ningún Fide.

Acomodé mis anteojos y la miré con atención.

Además, ¿qué es esa forma de saludar a las personas pegando patadas? ¿Es un saludo especial entre los duendes?

- No me dijiste que ese era el nombre del chico de la foto? -.- - Digo dandome vuelta y cerrar mis manos dejandolas en puños. Empiezo a pegarle en el pecho.
- Waahh >w< No soy un duendee >w< - Digo aun pegandole

Eres enana, caprichosa y haces magia. ¿Qué podrías ser sino un duende?

La aparto de mí con un dedo en su frente y suspiro.

Y ya te he dicho que el hombre de la foto se llama Soye Lmasguapo. ¿Es que no me oyes?

- No soy un duendeeee >w< - Sigo haciendo lo mismo pero al aire. Luego escucho lo que dice y paro de hacer eso
- Soye? o.o - Digo mirandolo a los ojos.

¿Soye? No te entiendo. ¿En qué idioma hablan los duendes?

Suspiro y me doy media vuelta.

Bueno. No veo ninguna razón por la que deba seguir perdiendo el tiempo con un duende, así que me voy.

Lo miro enojada
- Que no soy un duendeee!! - Grito mientras los perros empiezan a volar y a caer arriba de él. Mientras otras cosas tambien hacien lo mismo.

Sonrío de medio lado. Muevo la mano en forma horizontal, logrando materializar una lanza. La muevo en un rápido movimiento, despedazando así a los perros evitando que me caigan sobre la cabeza. Sin embargo, la sangre me bañó desde lo alto. Suspiré... ya me había bañado ese día y tener que hacerlo otra vez era agotador. Corrí hacia la niña, apuntando a su cuello con la lanza.

Ahora, te sugiero que te quedes tranquila... Y que recuerdes el nombre de Jade Curtiss durante toda tu vida.

Dije mirándola fijamente a los ojos.

Mis ojos se llenan de lagrimas, era la primera vez que veía morir de esa forma a unos adorables perritos. Abro bien mis ojos al sentira la lanza en mi cuello. Cierro los ojos
- E-Está bien. -

Suspiro.

Bien, es hora de dirigirnos a la mansión. Haz levitar los cuerpos de los perros durante el camino. Serán la cena.

Comencé a caminar mientras sonreía sumergido en mis pensamientos.

Me quedo parada mirando los cuerpos de los perros.
- No! - Grito mientras una gota caía por mi ojo derecho. Me arrodillo frente a los perros
- Pobresitos T-T -

La miro extrañado.

Pero si el perro sabe delicioso al escabeche... y con un poco de salsa de tomate.

Se me hacía agua la boca el pensar en el manjar... Pero bueno, otro día será. Comenzó a rodearme un aura maligna. Alcé la vista al sol; su reflejo en mis anteojos impedía que se vieran mis ojos. Troné los dedos de ambas manos.

Bueno... No me quedará otra opción más que experimentar con ellos... Hehehe...HEHEHE...¡¡¡HEHEHEHEHEHE!!!... *coff*coff*Kudryavka. Llevemos los cuerpos a la mansión... ¿Cuántos son en total?

Mi mirada era pura perversidad...

- El perro no es rico! - Digo enojada mirando los perros manchando mis manos con sangre.
- Son tres, ¿Que no sabes contar? - Digo mirandolo a los ojos y acercandome a él y limpiando mis manos con su ropa

Es sólo que no tengo ganas de contar. Bien, hazlos levitar hacia la mansión... ¿O es que el pequeño duendecito no puede hacerlo?

Digo sonriendo sarcásticamente, tomándola de la barbilla y acercando mi rostro al de ella, mirándola atentamente con mis ojos rojos.

Me sonrojo mirandolo a los ojos
- Que no soy duende!! - Digo cerrando los ojos y pegandole patadas.
- Y si que puedo! - Digo abriendo los ojos y mirandolo enojada.

Me acerco a ella y la sigo de cerca.

Pues veamos qué tan bien lo haces...

Cierro los ojos haciendo que los cuerpos de los perros se levantaran. Abro los ojos y le sonrio
- Y? -

Muy bien. Ahora debes mantenerlos así media hora hasta que lleguemos a la mansión.

Digo sonriendo y comenzando a caminar.

Me caen tres kilos de papas en la cabeza. Me levanto tirando las papas por ahí.
- E-Está bien - Digo caminando a su lado mientras los perros volaban detras nuestro.

Sonrío. Me pregunté cuánto tiempo podría aguantar.

Oh, tú sabes... Nos cruzaremos humanos en el camino. En esos momentos, debes hacerte invisible junto a los perros.

- Aaah?! - Digo mirandolo. Le lanzo los perros a la cabeza enojada
- Hazlo tu, señor creído. - Digo caminando alfrente de él enojada.

Los aparto rápidamente con la lanza, volviendo a destrozarlos.

Yo no soy un duende, así que no puedo hacerlo. Además, si sigo destrozándolos se te hará más difícil ponerlos a levitar, así que apresúrate.

- No soy un duende!! - Digo enojada y haciendo volar a los perros. Me doy vuelta y le saco la lengua cerrando los ojos
- Muerete! -