Tomando el almuerzo

lentamente con una bandeja se acerca y se sienta frente a Tsukimori
mira, lamento haber sido brusco mas temprano, solo quiero lo mejor para los estudiantes, si?
se disculpa formalmente con ella, llevaba el pelo color plata y su bata blanca algo ajustada

Mi expresión se tornó en una mueca. El día se puso gris.
- Ya, de acuerdo... Pero deberías entender que tienes que pasar desapercibido. Así como yo, hay muchas personas que podrían sufrir de lo mismo - comenté.
Esperaba que realmente entienda.

sonrie mientras come
no hay problema, pero pronto entenderas que los que deberan pasar desapercibidos... son los humanos - luego cambiando la expresion de su rostro, a una algo preocupada - hay muy pocos por aqui, espero que no pase nada malo

Suspiré.
- Si fuéramos tan pocos los humanos... Adelante, toma tu verdadera forma ahora mismo. ¿Por qué estás adaptándote a las necesidades humanas? Si aquí hubieran tan pocos de ellos, ¿por qué esta no es una escuela para demonios, vampiros, hadas y todo ello? ¿No crees que por alguna razón todos los de tu tipo siguen escondidos? Aún hay muchos humanos. Y si fueran pocos, hubiera deseado morir en la enfermería; pues no sería ese el mundo al que yo acostumbro a vivir.
Evité mirarlo a los ojos y empecé a comer sin pausa, para así cubrir mi rostro, que comenzaba a derramar sigilosas lágrimas.

el ser un demonio no me convierte en una criatura malvada, de los seres vivientes, los humanos son los mas malvados, y si siguen ocultas las otras razas, es porque no tienen la menor idea de que hay gente como ellos aqui, es muy dificil sentir ese tipo de presencias. el humano simplemente elimina todo lo que es distinto a el y lo discrimina de esa forma, como tu lo estas haciendo ahora.
come cabizbajo y ofendido

Alzo la vista e intento controlarme.
- ¡¡Tú no tienes idea!! ¡No tienes idea de lo que estás diciendo! Sé que no todas las criaturas son iguales. Pero tampoco lo somos los humanos. No estoy discriminando... Sólo me estoy preguntando porqué se abstienen de derrotar a los humanos si tienen muchas más virtudes que nosotros. ¡Somos simples criaturas indefensas frente a ustedes! Y encima vienes tú y dices protegernos... ¿A la gente malvada que en este mismo momento criticas?
Acerco temerariamente mi cara a la suya, con expresión desafiante.
- Bien... ¡Toma mi vida aquí y ahora! ¡Mátame! Si no puedes conmigo, no podrás con ningún humano más. ¿O acaso es que estas criaturas débiles te damos pena?

Suspiro.
- ¿Ahora dices que hay más humanos? ¿No habías dicho que eramos pocos?
Vuelvo a dirigir mi mirada al almuerzo, ya casi acabado. Me sequé las lágrimas que aún quedaban en mi rostro.
- ...¿No vas a matarme?

Apreté los puños y bajé la cabeza.
- Entonces simplemente me cambiaré de colegio y viviré una vida normal--...
Me detuve y negué frenéticamente con la cabeza.
- No... Aunque quiera eso ya es imposible.
Me puse de pie y empecé a guardar mi bento.

que piensas hacer???
pregunta mas calmado

- Voy a irme. Y no sólo de este instituto. Voy a buscar uno de los tuyos, pero alguno no cobarde. Voy a decirle que se quede con mi vida.
Repliqué enfadada. A mí misma me costaba entender lo que estaba diciendo. Pero, después de todo, era injusto... ¿Por qué yo?

cuando estes a punto de perder tu vida.... entenderas lo valiosa que es. Adios
toma sus cosas y se marcha

Me desplomo sobre el asiento.
- Tienes toda la razón... pero a la vez no. De todos los humanos que hay en el mundo, de todos los que sufren... ¿por qué deberían salvarme a mí? Es una carga horrible. Tantos chicos que sufren de hambre... ¿por qué deben sufrir si ninguno de ellos hizo mal a nadie? Yo que vivo en una casa llena de lujos, asisto a la escuela, tengo todo lo que quiero... Pero por lo demás, no ayudo a nadie. ¿Por qué tuve que sobrevivir yo? ¿Por qué sólo salvan mi vida? - murmuré en voz alta, aún sabiendo que mi interlocutor se había ido.
Me tapé el rostro y lloré abiertamente. No me importara que me vieran, no me importaba quién se acercara a preguntarme que me pasaba... Nunca podría sacarme ese peso que ahora cargaba en mis hombros.