Asintieron, una mas alegre que la otra, pero como si fueran un espejo, un reflejo la una de la otra; se sentaron a cada lado de su padre, tomaron el menu y fruncieron el ceño.
No habia comida china para encargar.
Cuando estaban por protestar notaron algo que cambio sus estados de animo. Bajaron el menu abierto el na mesa y apuntaron con el dedo el dibujo que estaba en una esquina.
-Quiero ramen- Dijeron las dos al mismo tiempo, con una expresion de no comeré otra cosa si no es ramen. Despues de todo, no tenian comida china... Y si no habia ramen, dejarian el restaurante en cenizas y se irían a un puesto de ramen que habian visto a unas pocas calles de alli, sin peros que valgan.
No se sorprendieron de que estuvieran actuando del mismo modo, que tuvieran gustos parecidos, al menos en la comida no era raro ¿Verdad?