En busca de un buen vestido [momoe]

Niego levemente y pongo una mano sobre la suya, para que se detenga.
- No, no me incomoda... Es bueno que me cuentes sobre tí ^^... Sólo estaba pensando que, en cuanto yo encontré una persona similar a mi fallecido hermano, casi le dejo sin vida... - digo sonriéndole sinceramente, pero con tristeza.

Me encojo de hombros, apenada.
- Lo siento... No era mi intención. Es sólo que me ha venido a la cabeza, y... bueno, etto... No lo sé ^^u - digo, jugando nerviosamente con mis dedos.

Le sonreí y reí un poco.
- Hehehe, tienes razón... yo he dicho eso - afirmo, luego vuelvo la vista hacia el frente -. Aunque debe ser doloroso que te olvides... Hay que asegurarse de recordar todo, pero con moderación para no destruirse a uno mismo..., ¿no lo crees? ^^

Sonreí pero luego resoplé.
- Para mí es imposible visitar a mi hermano, así que tengo que conformarme con charlas espirituales - dije en tono de broma, que por cierto no fue tan chistosa, ni siquiera para mí. Me saltaron un par de lágrimas de los ojos y desvíe la mirada al paisaje del exterior del automóvil.

Me limpio la cara con el reverso de la mano y volteo para verle sonriente.
- ¡Hai! Me encantaría comer helado ahora~ - dije animadamente, intentando ocultar la tristeza.

Mi expreción se vuelve una mueca de tristeza y ahora las lágrimas salen con más fluidez.
- E-E-Es que... N-No puedo evitarlo... Yo sólo...quiero ser feliz y vivir tranquila, pero... pero.... - digo interrumpida por sollozos y tartamudeos.

Dejo que me abrace y me cubro las caras con las manos para intentar calmarme.
- Lo siento, lo siento... - volví a disculparme entre sollozos y luego me aparté un poco, para poder verle -. De esta forma nunca cumpliré mi promesa de ser y vivir feliz... Además, sólo estoy molestándote con mis continuos caprichos y lloriqueos... - me lamenté.

Recosté la cabeza sobre su hombro y suspiré; los sollozos ya se hacían menos intensos y había dejado de llorar.
- Muchas gracias... Aunque yo no te lo he pedido, siempre me apoyas y proteges... - dije apartándome y sonriéndole débilmente -. Y créeme que sé que no es exclusivamente porque Akiba-san te lo haya pedido, pues sé que te habrías negado - añadí.
Me froté la cara nuevamente y luego dí una pequeña palmada.
- En fin~. Todo esto no es justo, así que dime si hay algo que pueda hacer por tí~ - dije intentando volver a mi tono animado de siempre.

Pongo una fingida expresión de cansancio y reclamo en broma:
- Mooo~. Deja de pedir imposibles~. -w-
Río un poco mientras abro la puerta y bajo del auto. Después de cerrarla, me acomodo la ropa, ya que después de la prueba del vestido ni siquiera me había preocupado por ella.

Le miro con picardía, pensativa.
- Bueno, yo creo que es imposible que puedas comerte 4 kilos de helado tú solito~ - le reto en broma.

Froto mi barriguita.
- Bien~. Quien pierda la apuesta, pagará los helados - anuncié entonces -. El objetivo es comerse 4 kilos de helado. Si empatamos, entonces pagaremos un 50 y 50~.

Me sorprendí un poco, pero sujeté su mano, algo ruborizada y, sonriendo, caminé junto a él hasta la heladería. Ni bien llegamos, me abalancé sobre el mostrador de los gustos especiales~.
- Ñam, ñamm... Marroc, Bananita Dolca, Mantecol... *O* - dije comenzando a enunciar los sabores que hacían que mi boca se vuelva agua.

- ¡Señorita~! ^^ - exclamo llamando a otra de las vendedoras -. Que sean 4 kilos de todos los gustos especiales que puedan caber... Indistintamente... y apresúrese~. ^^ - dije dulcemente y la chica, también asustada, comenzaba a preparar los potes.
Me reí al ver que, los dos vendedores en tales apuros, corriendo de aquí para allá, se chocaban entre sí~.